"Cinco días en comparación con una vida parecen algo insignificante pero cuando se trata de una travesía todo cobra sentido. A pesar del mal tiempo que anuló parte de las etapas de nuestra travesía, pudimos disfrutar de las maravillosas vistas de Anayet, el valle de los sarrios y Aguas tuertas.
Ninguno de nosotros olvidará las anécdotas y experiencias que hemos vivido en nuestra última travesía como niños. Porque simplemente ha sido especial y diferente".
Texto de María Gaspar.
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