Entre zanjas de barro y ciénagas, nuestros chicos y chicas han disfrutado del día, recorriendo la campa y pasando por distintas pruebas.
Al final, han terminado un poco manchados (nada que una buena ducha no pueda solucionar) aunque super contentos. Ha sido una mañana que sin ninguna duda ¡tardarán en olvidar!
Dentro de un rato, si el tiempo nos lo permite, saldremos de rastreo por el pueblo a buscar las distintas partes del hombre de Jengibre. Mientras tanto, los mayores se quedarán en la campa para empezar con los preparativos de su travesía.
